13/11/08

Un hijo una escuela en el camino

Comparto este mensaje escrito por mi amiga Diva desde España, sobre su experiencia de madre. Nosotros podemos sacar nuestras propias conclusiones y reflexiones:

Madrid. Noviembre 12 de 2008

….Cumpliendo la palabra que comprometí con mi amigo Cabeto Duke, me permito muy respetuosamente ante los lectores de este blog, a expresar por escrito, parte de mi vivencia educacional en mi rol de madre de una niña de 5 años, siendo mi condición civil divorciada, cabeza única de hogar en sustento y amor.

Tuve la fortuna de ser educada en un hogar donde la base fundamental de nuestra crianza fue el amor incondicional de nuestros padres, siempre nos brindaron todo su apoyo, su afectuoso cariño no solo de hechos, también con palabras y bordado en el maravilloso contacto físico que te da la seguridad de saberte amado y protegido, eso si en un marco de disciplina y exigencia ante el respeto por los valores humanos, y entre ellos el respeto a Dios. Todo lo anterior no implicó que sus hijos no hayamos tenido que afrontar todas las circunstancias que correspondieron a nuestras diversas tendencias y características particulares.

Esto viene a comentario, porque al pasar los años, he comprendido lo afortunada y bendecida que he sido por los padres que tuve, y por ello procuro ofrecer a mi hija, si no es la misma, al menos una educación similar.

Los tiempos cambian, no se, si evolucionamos o todo lo contrario, lo cierto es que el sistema social se modifica en el discurrir de los años, y hay que adecuar nuestra experiencia para poder aplicarla, desafortunadamente a la hora del parto cuando damos a luz, no nos entregan un manual, nos toca a cada padre, aprender sobre la marcha y de nuestros comportamientos, el ser padres es como estar en un laboratorio donde las formulas solo se establecen a través del ensayo y el error, para obtener los aciertos.

Así, que una vez puesta en marcha en el indescriptible ejercicio de ser madre, pidiendo siempre a Dios que me de sabiduría para hacer lo mas acertado para el bienestar de mi hija, y enfrentándome a la educación de una niña en un país ajeno al mío, en el cual no tengo ningún familiar, costumbres mas abiertas, con un trabajo ejecutivo que me exige constantes ausencias por viajes, entendiendo que cambiar de trabajo , era bajar las condiciones económicas y de posibilidades, desarrolle mi propio sistema, que difiere de lo convencional pero se aplica mas a la razón.

Bien decían los filósofos de la antigüedad,”Dame un niño y te devolveré un hombre a los 7 años.”, con lo cual la tendencia a considerar los bebés y los niños como si fuesen animalitos, es equivoca, nuestros hijos son una esponja desde el día que nacen, es como escribir en un libro en blanco.

Los bebes no traen costumbres, ni resabios… esos los creamos nosotros sus padres, sus costumbres son las que nosotros incorporamos y ellos solo se adaptan.

A raíz de esto, yo adapte a mi hija a mi sistema de vida, no mi sistema de vida a ella, nuestro nivel de confianza es total, la frase tan manida pero poco aplicada es real, no es la cantidad de tiempo sino la calidad de tiempo, además y esto para las madres, el hecho de ser madre no significa que dejas de ser persona, o mujer, o mines tu profesionalidad, no tienes que vulnerar ninguna, lo mas importante es que recuerdes y reafirmes que eres una persona con varios roles : Mujer, Madre, Profesional, Amiga, Miembro de familia, etc., porque ante todo debes estar satisfecha como persona porque de lo contrario habrá frustración y eso es lo primero que nuestros hijos asumirán de nosotros. Para tener hijos sanos emocionalmente es básico que nosotros sus padres seamos felices, y la felicidad es nuestra armonía interior no las cosas que obtenemos del entorno, y claro que a todos nos gusta gozar de comodidad, pero el progreso y la enseñanza que prevalece en nuestros hijos es nuestro ejemplo, ellos copiaran nuestros actos, agudizaran nuestros defectos, así que la formula es dialogar con la verdad, y día a día disciplina y amor, amor y disciplina.

Las reglas que se establezcan, sin excepción se cumplan día a día, es parte de lograr el equilibrio o al menos de mantener la estabilidad, cuando los problemas surjan porque siempre surgen, será viable encontrar o aplicar las soluciones y no podemos olvidar que el barco lo dirigimos nosotros, no es cuestión de que nuestros hijos colaboren en la toma de decisiones, con ellos debemos compartir y enseñarles como se aplican las decisiones que nosotros los capitanes del barco hemos cursado en bien de todos.

Es nuestra responsabilidad, amar, disciplinar y ser ejemplo, siempre en un entorno de respeto por los valores de la vida y el temor a Dios.

Diva
Madrid, 12-11-2008